Un, dos, tres... responda otra vez fue un programa de TVE creado en 1972 por Narciso Ibáñez Serrador,  Chicho, y que consta de 10 temporadas. El programa siempre ha sido emitido por  TVE-1, y en la  actualidad es considerado como uno de los clásicos de la Televisión Española.   
El origen
La mecánica de Un, dos, tres... supuso en su día una revolución en la  forma de hacer televisión en España. El concepto creado por el realizador  es un programa que fusiona:
- La cultura, representada en la primera parte del programa, la ronda de preguntas.
 - Las actividades físicas, presente en la segunda parte del programa, la eliminatoria.
 - La suerte, decisiva en la tercera parte del programa, la subasta.
 
Chicho había visto que en televisión sólo existían tres posibles tipos de  concurso: los de preguntas y respuestas, los de habilidad física y los de  carácter psicológico. En lugar de elegir una de estas tres posibilidades,  decidió mezclarlas adecuadamente, dando lugar a un espacio que bautizó como "Un,  dos, tres...". Justamente el nombre del concurso hace referencia a esas tres  partes tan diferenciadas que existen en el programa.
Los precedentes del programa se encuentran en un concurso que Chicho realizó  en Argentina llamado "Un, dos... Nescafé" en el que parejas de concursantes  debían ir respondiendo alternativamente durante un determinado período. A este concepto se le añadió una segunda parte basada en un concurso que Kiko  Ledgard presentó en Perú llamado "Haga negocio con Kiko"que a su vez estaba basado en "Let´s make a deal" de la TV norteamericana. En este programa el concursante debía elegir entre puertas y cajas que contenían  regalos o el dinero que ofrecía el presentador a cambio.
Para unir ambos programas se creó una eliminatoria de habilidades físicas  donde los concursantes debían competir para llegar a la subasta.
Pero la gran novedad que sorprendió a los espectadores fue la creación de un  personaje negativo y en contra de los concursantes, Don Cicuta, interpretado por  Valentín Tornos, que se alegraba cuando se llevaban un mal premio. Junto a sus  dos ayudantes formaban la Parte Negativa del programa. Como contrapunto se  eligieron a seis bellas secretarias que formaban la Parte Positiva.
Por último Chicho decidió sumar a la fórmula un gran show en el que cada  programa se ambientaría con un tema concreto durante la subasta, ofreciendo cada  semana decorados nuevos y la intervención de actores, humoristas y artistas  distintos.
Estructura del concursos
Cada programa tenía un tema concreto en torno al cual se desarrollaban los diálogos, los números musicales, la vestimenta de las secretarias y el decorado. La excepción la marcan los primeros quince programas de la primera etapa, donde no hubo ninguna temática en concreto ni decorados temáticos. El primer tema que se utilizó fue en el 16º programa, que se dedicó a "Los toros y las fiestas de España". En la última etapa, el tema siempre era un libro. El último programa estuvo dedicado a La Pimpinela Escarlata.
Había temáticas que se repetían temporada tras temporada y que daban lugar a  programas especiales. El más repetido era el especial navideño, en el cual los  concursantes y todo el público estaba formado por niños, con premios, pruebas y  preguntas adaptados a su edad. Otros temas repetidos eran La Fiesta  Nacional, Paso del Ecuador, donde el público estaba formado por  Universitarios a mitad de carrera. Y otros especiales temáticos tenían como  protagonistas a famosos, que solían aparecer en programas dedicados a Las  revistas del corazón, El teatro o El mundo del disco, en los  cuales la suma de lo que ganaran todos los concursantes se donaba a una ONG.
Primera fase: tanda de preguntas
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| Azafatas Un,dos,tres (secretarias), de las primeras temporadas  | 
En esta primera fase, había tres rondas de preguntas,en la que cada pareja recibía un total  de tres, de tres grados de dificultad ascendente. Estas preguntas eran llevadas  a los concursantes en bandejas por las azafatas, y cada pareja cogía un sobre,  dándoselo al presentador para que leyera su contenido. Las preguntas eran de  respuesta múltiple y se contestaban de manera alternativa por cada miembro de la  pareja, teniendo además un ejemplo: "Nombres de frutas, por ejemplo la manzana".  Tras decir el ejemplo, a la orden de un, dos, tres... responda otra vez,  comenzaba un tiempo de 45 segundos, y lo primero que debían hacer los  concursantes era repetir el ejemplo, y después dar todas las respuestas que  pudieran.
Para responder existían tres reglas básicas:
- Si los concursantes repetían una respuesta o daban una incorrecta, el tiempo se detenía en ese mismo momento y no podían seguir respondiendo.
 - Si un miembro de la pareja daba dos respuestas seguidas, también se detenía el reloj y se consideraba la segunda respuesta como fallo.
 
- Por último, si primero daban una respuesta muy genérica y después una específica, la específica se contaba como repetición, por ejemplo decir "cartas" y después "póquer", o decir "cuchillo" y después "cuchillo jamonero".
 
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| Preguntas en la etapa de Mayra Gomez Kemp | 
Además de estas reglas básicas, el texto de la pregunta podía añadir reglas  extra para contestar, siendo la más común la de no cambiar el tamaño, el color o  los materiales (por ejemplo decir mesa de pino verde, mesa de pino marrón, mesa  de roble azul; se contaría como repetición de mesa). También era muy común la  coletilla de "no valen marcas publicitarias" cuando el texto de la pregunta  pedía nombres de productos o utensilios que pudiera llevar a la mención de  marcas, y por tanto de publicidad. También había preguntas tan específicas que  eliminaban hasta la regla del ejemplo, como aquéllas que consistían en "nombres  de provincias españolas, teniendo en cuenta que cada provincia que digan debe  limitar con la anterior que hayan dicho, y para ponerlo más fácil, no les damos  ejemplo, pueden empezar por donde quieran". El presentador debía leer estas  reglas adicionales claramente, pues si se le pasaba, los concursantes podían no  se verse afectados por ellas, como sucedió en alguna ocasión. En las dos  primeras etapas, el concursante al que no le tocaba contestar debía estar  callado y quieto. Pero a partir de 1982, se permitió que ese miembro pudiera  ayudar a su compañero, pero sólo usando la mímica.
Una vez agotado el tiempo de los concursantes o cometido el error, la azafata  contable indicaba las respuestas contabilizadas y el valor económico de cada  una, dando el total, con la famosa frase Han sido 8 respuestas acertadas, a  25 pesetas (0,15€)cada una, 200 pesetas (1,20€). En las primeras etapas, el valor de la  primera pregunta era de 25 pesetas. Desde 1984, una máquina decidía  aleatoriamente esa cifra, primero entre 11 y 159 pesetas (169 en 1987), después,  en 1991 de 101 a 399 pesetas, en 1992, en la misma etapa, se subió a 599  pesetas. En la octava etapa (1992-93) se aumentó esta cifra a 995 pesetas. En  1993-94 se presentó un pequeño cambio en la máquina, y es que habían 3 cifras y  4 rodillos. En el 4º rodillo podía salir una Ruperta o una estrella. Si tras la  cifra salía la calabaza, la cantidad no se alteraba, pero si salía la estrella,  esa cantidad se multiplicaba por 2. En el tercer programa se sustituyeron las  calabazas y estrellas por ceros y unos (es decir, ya salían cantidades de 4  cifras, llegando a 1999 pesetas) (12 €) teniendo en cuenta que Chicho, para agilizar el  programa, eliminó la 3ª ronda de preguntas. Y ya en la última etapa (2004) en  euros, entre 1'00 y 2'99, cifra que aumentó a 5,99 a partir del quinto  programa.
En la segunda y tercera preguntas se multiplicaba cada respuesta por el valor  acumulado en la ronda anterior. Una vez que todas las parejas habían contestado  sus tres preguntas, la pareja que hubiera acumulado más dinero sería la campeona  y podía volver a la semana siguiente. Las otras dos parejas (tres en las 2  primeras etapas) pasaban a la eliminatoria.
A partir de 1984 se introdujeron cambios en la mecánica de las preguntas:
- En la etapa del Chollo, se introdujo un nuevo tipo de pregunta que sustituía a la pregunta tradicional del tercer grupo, dando un modelo de respuesta a una lista de términos que se iban leyendo. Por ejemplo, el sobre podía decir "Yo voy a decir nombres de deportistas y ustedes me tienen que decir el deporte con el que lo asocian. Por ejemplo, si yo digo Manolo Santana, ustedes deben decirme tenis". Como sucedía en el resto de preguntas, se repetía el ejemplo, y después el presentador iba leyendo una lista de deportistas, de uno en uno, y los concursantes debían añadir su deporte correspondiente. Al primer fallo, se cortaba el tiempo, de 45 segundos como el resto de preguntas. En esta pregunta no se podían hacer señas. Esta mecánica se cambió en 1987 para ofrecer en la bandeja preguntas habituales, pero dentro de cuatro grupos temáticos diferenciados: ciencias y naturaleza, geografía e historia, arte y literatura, y deportes, juegos y espectáculos. Sin embargo, en 1991 se recuperó la tercera pregunta habitual, como se hacía antes de 1984.
 
- En los primeros programas de 1984 se estableció la regla de no dar a elegir sobre para la primera pregunta, sino aislar e insonorizar a las tres parejas, e ir haciéndolas pasar de una en una y hacer a las tres parejas la misma primera pregunta, siempre relacionada con el tema del programa. Con ello se perseguía que las tres parejas tuvieran las mismas oportunidades, pues se pensaba que el número de respuestas dadas a la primera pregunta era determinante para cuantificar las que se dieran posteriormente.
 
- Cabe destacar que, en los programas especiales, con concursantes infantiles o famosos, o en los finales de etapa, programas resumen en los que se invitaba a concursantes importantes de los programas anteriores, en la ronda de preguntas las dos parejas que acumulaban más dinero pasaban a la eliminatoria, y la que quedaba última quedaba eliminada del concurso. Los niños no jugaban por pesetas en las preguntas, sino únicamente por puntos.
 
- Por último, una peculiaridad que definió la novena etapa en 1993 fue la de eliminar el título de campeones. Los vencedores no se convertían en campeones, sino que adquirían el derecho a comprar su paso directo a la subasta, pagando por ella la cifra ganada en preguntas y respuestas (cifra con la que, al final del programa, el presentador negociaba con la pareja a cambio del regalo elegido).
 
Segunda fase: la eliminatoria
La mecánica de la eliminatoria variaba completamente de programa a programa.  Todas tenían en común ser pruebas físicas y de habilidad, pero cambiaban según  el tema del programa. Algunas de las eliminatorias más famosas son la de  romperse huevos en la cabeza contraria diciendo La tierra es redonda y se  demuestra así hasta ganar la que sacaba un huevo duro, o hacerles deslizarse  por un tobogán con vasos llenos de líquidos y llevar el líquido que no se  hubiera desparramado en probetas, ganando la que hubiera conseguido más líquido.  También había eliminatorias donde los concursantes debían demostrar sus dotes  artísticas representando como en el Cine Mudo una crónica de sucesos o una  escena del Tenorio mientras les lanzaban petardos. En estas eliminatorias  difíciles de valorar el público presente en el plató debía decidir mediante  pentágonos numerados qué pareja lo había hecho mejor.
Lo que era común es que quien ganaba la eliminatoria se ganaba el pase a la  subasta. Hubo ocasiones, sobre todo con las eliminatorias en las que puntuaba el  público, en que las dos parejas lograban un empate técnico, y no había previsto  ningún mecanismo de desempate. En tales casos, lo que el programa hacía era  declarar a las dos parejas ganadoras, mezclar a sus miembros, y hacer pasar a  una mitad al juego de consolación y a otra mitad a la subasta, repartiendo todos  los premios conseguidos entre las dos parejas.
Hubo peculiaridades en algunas etapas. En la primera etapa, el premio por  ganar la eliminatoria eran 10.000 pesetas, y las parejas perdedoras ganaban  5.000 pesetas cada una. Con las 10.000 pesetas, la pareja ganadora podía comprar  su paso a la subasta, aunque no era obligatorio. En la segunda etapa se siguió  un esquema similar, aunque con la peculiaridad de hacer eliminatorias que daban  una clasificación de 1º, 2º y 3º, y hacer que la primera ganara 10.000, la  segunda 3.000 y la tercera 2.000.
En la novena etapa (1993-94), al cambiar la mecánica de las preguntas y  lanzar a los ganadores de las mismas a la subasta, se estableció que la pareja  ganadora en la eliminatoria pasaba al juego de consolación, donde podían  multiplicar hasta por 9 la cantidad ganada en la ronda de preguntas, y apear a  la pareja perdedora del concurso sin más premio que lo ganado anteriormente.
Por último, la décima etapa de 2004, titulada "Un, dos, tres... ¡a leer esta  vez!" cambió por completo la mecánica, convirtiéndola en una prueba de preguntas  sobre el libro del día. A cada pareja se le hacían tres preguntas sobre el  relato, en los primeros programas se daban tres respuestas a elegir, después no.  Tenían quince segundos para contestar y si fallaban había rebote y la otra  pareja tenía unos segundos para contestar y poder llevarse un acierto extra. Al  final ganaba la pareja con más aciertos, y en caso de empate se hacía una  pregunta de desempate con pulsador. En muchas ocasiones fue esta última pregunta  la que decidió el triunfo.
El juego de consolación
El juego de consolación fue un minijuego introducido para aquellos  concursantes que perdían la eliminatoria. Se introdujo por primera vez el 19 de  noviembre de 1976 en el programa dedicado a La Filatelia, el primero se  llamó La Ruperta Fantasma, y sólo faltó desde entonces entre 1982 y 1983.  Eran juegos de azar que tomaban el modelo de juegos de mesa en un gran panel, normalmente  dedicados a las mascotas del programa. Entre 1976 y 1986, todos estos juegos de  consolación acabaron teniendo una versión en juego de mesa para ser adquiridos  por los espectadores y jugar en casa. Los concebía, fabricaba y distribuía la  editorial gerundense Dalmau Carles  Pla.
A partir de finales de 1986, se introdujo el juego de consolación  publicitario, en el que, bajo el patrocinio de una marca, se redujo, salvo  excepciones, la originalidad de los juegos, a cambio de aumentar la  espectacularidad de sus premios por la presencia del patrocinador. Sólo uno de  estos juegos de patrocinador, "La Raspadita competición Málaga" (1987) conoció  una versión doméstica para que jugaran los espectadores en sus casas, si bien  esta versión era de usar y tirar a diferencia de los juegos de mesa de etapas  anteriores.
Los primeros juegos de consolación en los setenta obligaban a los  concursantes a comprar su participación con el dinero que ganaban en la  eliminatoria. En 1983, con el juego de Botilde, había que jugarse el dinero de  la ronda de preguntas, que podía aumentar o disminuir a lo largo del juego.  Después el juego de consolación se convirtió en un derecho gratuito para los  concursantes siempre que estuviera disponible (falló en los primeros programas  de la cuarta etapa en 1984 por no estar preparado aún). Si el juego estaba  disponible pero otra causa imprevista impedía jugarlo, como ocurrió en el  penúltimo programa de la quinta etapa en 1986, entonces tenían derecho a un  premio económico de consolación, que en ese programa ascendió a 50.000 pesetas y  pasar a jugar al juego de Cepsa.
Como curiosidad, la sexta etapa es la que tiene el récord de distintos juegos  tanto de mascota como de patrocinador, con cinco juegos distintos en menos de 12  meses, todos ellos de patrocinador. La etapa con el récord de juegos de mascota  lo tiene la segunda, con dos juegos. El resto de etapas o tenían un único juego  de mascota o tenían uno o dos juegos de patrocinador. La quinta etapa es la  única que tiene un juego de mascota y un juego de patrocinador a la vez,  coincidendo ambos en un mismo programa (Hungría). Como premio por haber  ganado el país del antichollo se ofreció como novedad jugar al de Cepsa. Y sólo  en la sexta y en la décima etapa se hicieron dos juegos completamente diferentes  con el mismo patrocinador en una misma etapa. En la sexta fue el Juego de Cepsa  y el juego de Cepsa Multigrado, y en la décima fue el juego de las letras de  Corn Flakes y el juego del tazón de Corn Flakes. La única vez que se ha jugado  el juego de consolación (Galerias) dos veces en un mismo programa fue en el  dedicado a Checoslovaquia de la sexta etapa: los concursantes del  anterior programa no pudieron jugarlo debido a un accidente en la eliminatoria y  tuvieron que jugarlo al comienzo de éste. Después de la eliminatoria de ese  programa lo jugaron sus concursantes correspondientes. La novena etapa es la  única que tiene el mismo juego de consolación en todos sus programas del primero  al último.
Tercera fase: la subasta
Una vez concluido el juego de consolación, en varias etapas tras un corte  publicitario, y en otras directamente, daba comienzo la subasta, que era la  última parte llena de música, humor y entretenimiento durante la cual iban  pasando por la mesa de subasta regalos.En las dos primeras etapas, la  mecánica decía que los concursantes iban ganando un regalo, pero que en  cualquier momento podían cambiarlo por lo que pasara por la mesa. A veces podían  acumularse varios premios en la mesa, y Kiko iba desvelando lo contenido en los  regalos "que no iban ganando los concursantes". Al final, ganaban el regalo con  el que se quedaran en último término.
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| Subasta en la época de Luis Roderas | 
Los regalos estaban ocultos en objetos relacionados con el tema del programa,  que venían de humoristas caracterizados o desde un gran decorado temático que  cambiaba semana a semana. No existía la figura recurrente de la tarjetita, a  veces aparecía, pero era más común que el regalo estuviera físicamente dentro  del objeto, por ejemplo unas pesas que al romperlas revelan que dentro hay un  cheque de medio millón de pesetas. Si el premio aparecía en una tarjeta o papel,  este sólo se revelaba cuando ya habían dejado el premio, por lo que no existía  la práctica del hasta aquí puedo leer, se leía el papel de forma  íntegra.
Cabe destacar que durante los quince primeros programas de 1972, al no  existir el programa temático, el decorado eran tres cortinas o puertas  numeradas, y con la elección de los concursantes de una u otra puerta iban  surgiendo los regalos, de forma muy similar a la del programa norteamericano de  los 60 "Let's make a deal", presentado en España por Bertín Osborne en Antena 3  como "Trato Hecho". Una vez empezaron a realizarse programas temáticos las  puertas aparecían en decorados inspirados en el tema del programa estableciendo  un nexo de unión con el regalo que escondían a través de juegos de palabras. Por  ejemplo, en un programa dedicado a las 1001 noches la puerta de la tienda de  "Chilabas" escondía lavadoras automáticas ya que "chi planchas, chi lavas etc".  En uno dedicado a Valencia la puerta de "La Huerta" escondía bicicletas ya que  salía un andaluz que decía la "huerta siclista a España".
A partir del 7 de octubre de 1977 en el programa dedicado a El Maestro  Serrano se introdujo la mecánica popular de hacer pasar ordenadamente  regalos a la mesa de subasta, hasta un máximo de tres objetos que llevaban las  famosas tarjetitas, primero de cartulina verde, y desde 1991 blancas con el logo  del programa en el reverso. Los concursantes entonces debían dejar uno de los  objetos para que entrara el siguiente, así hasta los tres últimos regalos. En el  momento en que decidieran dejar un objeto, se leía parte de la tarjeta, que  podía contener una pista o un despiste a través de juegos de palabras en su  mayoría. Si persistían en dejarlo, se leía el resto de la tarjeta donde se  revelaba el premio que habían perdido. Desde 1984, se introdujo la práctica de  leer siempre la parte legible de la tarjetita al llegar el regalo a la mesa y  después leer la tarjeta completa cuando dejaran el premio. En 1987, con el corsé  de que cada programa debía durar no más de 90 minutos, se impuso la regla de  leer sólo dos veces en todo el programa cada tarjetita, una al llegar y otra de  recuerdo, después se leería otra vez sólo cuando perdieran o ganaran el  premio.
Había una única regla en cuanto a los regalos que podían aparecer: la mascota  debía estar contenida en al menos uno de los regalos, y el resto de los premios  podían cambiar, desde coches, apartamentos, viajes o cantidades económicas,  hasta bolsas de agua caliente, cerillas, etc. Es cierto que no era obligatorio,  pero solían ser habituales 4 premios buenos: La casa, el coche, el dinero (sobre  todo cuando había patrocinador, como el BBV) y el viaje. En la primera etapa, y  sólo en la primera etapa, en la que no había mascota oficial, eran dos los  premios obligatorios, uno negativo, la calabaza, y otro positivo, el coche, que  sólo en esta primera etapa era obligatorio, aunque no específicaba qué tipo de  coche era, podía ser un flamante coche nuevo, o un simple coche de desguace, un  coche de juguete, etc, aunque lo común era la aparición estelar de un coche  normal. Con la segunda etapa, se mantuvo la restricción de la calabaza, ahora  convertida en la mascota Ruperta, pero se eliminó la del coche, que pasaba a ser  un regalo más, que podía aparecer o no.
Había otra regla importante, y es que el presentador no podía decir ninguna  mentira en relación con los regalos, aunque podía negarse a contestar preguntas,  u ocultar información a los concursantes. Esto se define por una frase famosa  del presentador: Yo nunca miento. Puedo callarme, puedo no decir toda la  verdad, pero como presentador/a del Un, dos, tres no puedo  mentir.
Entre los regalos era común que aparecieran juegos. De haber un juego en la  mesa, el presentador estaba autorizado a comunicar a los concursantes cuándo  entraba un juego y en qué regalo estaba, pero no a desvelar su mecánica salvo  excepciones, ya que en caso de que dejaran el juego este podía ser reciclado  para su uso en otro programa. Estos juegos podían ser de cartas, de paneles o de  usar objetos en la mesa.
Juegos de cartas hubo cientos, uno común el de decir si una carta iba a ser  mayor o menor que la siguiente en el mazo y ganar dinero si se acertaba o  perderlo todo si fallaban. Entre los juegos en mesa, la eliminatoria de la  tierra es redonda... a veces aparecía en forma de juego. Otro juego famoso  en mesa es el juego del reloj, de contar un minuto mentalmente y parar el reloj,  y ganar un millón si lo hacían exacto, restando cien mil por cada segundo de más  o de menos. Este juego fue uno de los más emocionantes cuando lo jugaron y  ganaron los campeones hermanos Pando Caracena en el programa de 1976 dedicado a  La conquista de América.
En paneles, el juego más recordado es el llamado "¿Quieren..." en el cual el  presentador hacía esta pregunta para cada una de las casillas de un panel antes  de girarlas, y los concursantes debían decir Sí o No sin saber lo que había  detrás. Podía ser bueno ("ganar 100.000 pesetas"), divertido ("dos fotos de las  secretarias") o malo ("perderlo todo"), incluyéndose casillas que obligaban a  decir Sí para que tuvieran efecto positivo ("conservar lo ganado hasta ahora").  En 1991 este juego lo patrocinó Porcelanosa, donde en vez de casillas, se  giraban azulejos. Otro juego conocido es el de tirar un dardo (o una flecha) a  un panel cubierto. Entonces se descubría detrás un mapa-mundi, se colocaba un  círculo de plástico alrededor del dardo y los concursantes ganaban un viaje a  cualquier lugar de la zona que estuviera dentro del círculo.
En cuanto al espectáculo ya en la segunda etapa y especialmente a partir de  1977 se introdujeron actuaciones del ballet del programa realizadas expresamente  para la subasta, pero fue en 1983 en el programa de El Debut cuando se  introdujo la novedad de que las secretarias bailaran en la subasta haciendo  espectaculares números musicales en el decorado. En los primeros musicales,  solían hacer playbacks de canciones normalmente anglosajonas, o bien bailaban  canciones instrumentales, aunque en contadas ocasiones cantaron con sus voces.  En 1984 comenzaron a cantar con sus voces canciones con letras específicamente  escritas para el tema del programa y con música que solía estar tomada de  canciones conocidas, normalmente de musicales (como All that jazz de  Chicago, The Continental, There's no bussiness like show business  o Chitty Chitty Bang Bang) y a veces de canciones normales (como  Part-time lover de Stevie Wonder o Cuando tú vas de Chenoa entre  otras). Además de los números musicales de las secretarias, artistas invitados  solían acudir al programa para interpretar sus éxitos en el decorado (en  ocasiones implicándose al punto de rodar un musical con el ballet del programa  como hicieron Chenoa o Norma Duval entre otros).
El final de la subasta, entre 1972 y 1988, era el que daba nombre propiamente  dicho a esta parte del concurso. Una vez con el último regalo sobre la mesa, el  presentador pujaba por ese premio para comprárselo a los concursantes  ofreciéndoles cantidades ascendentes de dinero. Este momento causaba nerviosismo  a los concursantes y emoción a los espectadores, porque nadie salvo el  presentador sabía si las ofertas eran para ayudar porque era un regalo malo, o  para librar al programa de ofrecer un premio espectacular. De esta forma el  presentador se colocaba entre la Parte Positiva y la Negativa no sabiendo nadie  hacia qué lado se decantaba. Kiko Ledgard contaba con el entrenamiento de  realizar diariamente este juego en la TV peruana. De su bolsillo salían billetes  y más billetes liando a los concursantes con su opción final. Mayra Gómez Kemp  heredó esta técnica llevándola al extremo y haciendo sufrir a los concursantes  al máximo. Era entonces cuando los concursantes debían demostrar su verdadera  compenetración tras las preguntas y la eliminatoria ya que tenían que ponerse de  acuerdo para elegir el mejor premio.
En los 90, tanto Jordi Estadella como Josep Maria Bachs sólo ofrecían dinero  si el regalo era malo ya que convenía al programa que se llevasen un buen regalo  por la audiencia y patrocinadores lo cual restaba emoción a la subasta. No  obstante los concursantes seguían desconfiando y muchas veces elegían el regalo  creyendo que se les quería engañar. Á pesar de no ofrecer dinero Jordi Estadella  jugó con el público del plató ofreciéndoles cajas sorpresa o dinero manteniendo  de este modo el espíritu de las anteriores etapas. En la última etapa, como  novedad, el presentador Luis Roderas hizo la labor contraria, ir quitando a los  concursantes el dinero acumulado en las preguntas a través de diversas pistas  sobre los premios que solían acabar en nada, algo que fue muy criticado por los  medios y por el público, especialmente en el primer programa en el que sólo los  campeones lograron llevarse algo de valor debido a estas ofertas del  presentador, aunque este sólo obedecía las órdenes de la dirección.
Esta práctica de Roderas fue eliminada unos programas más tarde para ser  reemplazada, aunque sólo en un programa, por un ofrecimiento de dinero a la  inversa, es decir, Luis ponía 6.000 euros sobre la mesa y después iba  descontando dinero billete a billete mientras los concursantes se decidían entre  coger lo que quedara en la mesa o quedarse definitivamente con el regalo. En el  resto de programas de la etapa, Luis Roderas no hizo ningún tipo de oferta, ni  siquiera cuando el regalo fuera malo.
http://www.youtube.com/watch?v=59GWLlBDSpY&feature=player_embedded
Los sufridores
Los sufridores fueron un tipo de concursantes especiales que se introdujeron  en el primer programa de Botilde El Debut, el 20 de mayo de 1983. Para  concursar como sufridor, había que enviar una prueba de compra de un determinado  patrocinador (lo que marcó la entrada de los patrocinadores publicitarios dentro  del espacio) y al salir elegidos en el sorteo, serían invitados a plató y al  final de la subasta ganarían el mismo premio que se llevaran los concursantes en  la misma. El nombre de sufridores viene porque estos conocían la situación de  algunos de los mejores premios por parte de carteles que les mostraban las  secretarias (el rótulo aparecía también en ocasiones para los espectadores en  casa), y sufrían por la impotencia de ver cómo dejaban premios espectaculares  sin poder hacer nada.
Los primeros sufridores se sentaban en primera línea de público, en el mismo  plató (en esta etapa no se les mostraba ningún rótulo de premios, el sufrimiento  consistía simplemente en la impotencia de ver pasar los premios sin poder hacer  nada). Llevaban en el pecho una pegatina con la "S" de Superman y de sufridor.  En el programa El Descubrimiento de América del 7 de octubre de 1983 se  les metió por primera vez en una mazmorra atados de pies y manos, o bien  sentados en sendas sillas eléctricas. Las azafatas pasaban por delante suya  rótulos donde se decía qué contenía el regalo.
A partir de la etapa cuarta y hasta la sexta (1984-1988) los sufridores  estuvieron encerrados en una celda con barrotes desde donde veían el programa y  conocían los regalos que rechazaban o aceptaban los concursantes. Durante estos  años el patrocinador fue la bebida OKEY. Había que enviar bien una etiqueta de  las botellas de Okey, o bien un posavasos de papel que se entregaba al hacer la  consumición en un bar.
En la cuarta etapa se creó un nuevo tipo de sufridor llamado "sufridor en  casa". Estos sufridores debían mandar la misma prueba de compra que los  sufridores en plató, pero apuntando en la carta un número del 1 al 7 dentro de  un círculo. Antes de comenzar la subasta, el notario sorteaba los números que  quedarían asignados a cada uno de los regalos de la subasta. Cuando en la mesa  quedaban los tres últimos regalos, el presentador llamaría por teléfono al  sufridor en casa, y le comunicaría el regalo que le había correspondido al  número que hubiera indicado en la carta. Al final del programa, la lista del  notario quedaba a disposición del público para que cualquiera pudiera leerla y  verificar la asignación del premio al número señalado. Este tipo de sufridor se  vio en las etapas cuarta, quinta y sexta, entre 1984 y 1988.
En la primera mitad de la séptima etapa (1991-1992) se metió a los sufridores  del plató en una lavandería china donde debían lavar ropa sin tener acceso a una  caja de ARIEL que colgaba del techo. Al mismo tiempo recibían órdenes de dos  capataces chinos. En la segunda mitad de la etapa se les metió en la cazuela de  unos caníbales en una selva patrocinada por los caramelos VICTORS.
Por último, en la octava etapa (1992-1993), los sufridores debán cocinar en  una cocina de GALLINA BLANCA. Pero no podían degustar la comida ya que las  secretarias se las llevaban en el acto. Los sufridores aparecieron por última  vez en el programa Paso del Ecuador emitido el 12 de febrero de 1993.
Presentadores
- Kiko Ledgard
 - Mayra Gómez Kemp
 - Jordi Estadella
 - Miriam Díaz-Aroca
 - José María Bachs (Josep Maria Bachs)
 - Luis Roderas (Luis Larrodera)
 
Las mascotas
El programa casi siempre ha tenido una mascota, un muñeco animado que ha supuesto en muchos  casos el premio de mayor consideración del programa y en otros, la peor  pesadilla de los concursantes. Todas las mascotas han sido animadas y creadas  por José Luis Moro. La excepción la marca la primera etapa, donde la cabecera  eran simples rótulos impresionados sobre la imagen de las secretarias y los  Cicutas, auténtico símbolo de aquella etapa, sentándose en sus sitios mientras  sonaba la música de cabecera.
La calabaza
En la primera etapa existía una calabaza, pero únicamente como un premio más,  sin ningún rostro ni animación, ni la consideración de mascota propiamente  dicha. Serviría de base para crear a Ruperta en la siguiente etapa. El reglamento establecía  que todos los premios podían variar, pero que siempre, invariablemente, en cada  programa habría por lo menos una calabaza. Esta regla se transmitiría a todas  las mascotas de etapas posteriores
Ruperta
La calabaza Ruperta es la mascota  más conocida de este concurso. Se trataba de una mascota negativa que llegó en  1976, todavía sin nombre (seguían llamándola simplemente "la calabaza", a pesar  de que ya tenía rostro), aunque en pocas semanas adquirió el que la hizo famosa,  que significaba que los concursantes se iban a casa con las manos vacías.
Sin embargo, no siempre fue una mascota negativa. Algunas veces en su  interior se escondían cuantiosos premios (entre ellos uno de los mejores premios  jamás dados por el programa, en 2004, un coche, un apartamento en Oropesa del  Mar, Castellón valorado en más de 200.000 euros, y un cheque de 10.000 euros, en  total casi un cuarto de millón de euros en premios).
Ruperta fue la mascota en toda la  segunda etapa. Al inicio de la tercera, en agosto de 1982, Chicho advirtió que  Ruperta desaparecería en unas semanas  para ser sustituida por otro personaje. Y así fue, aunque en lugar de semanas  pasarían varios meses. Las demás mascotas se sucederían durante los años 80, y  Ruperta volvería en las etapas 1991-1992, 1992-1993 y 1993-1994. También se la  recuperó para la edición de 2004.
Ruperta fue objeto masivo de merchandising en su época, generando importantes  beneficios económicos a Televisión española.. La mascota llegó a ser retratada por  el célebre Salvador  Dalí
Botilde
El 13 de mayo de 1983 se dedicó el programa a la despedida de Ruperta, y a la semana siguiente, en el  programa dedicado a "El debut de secretarias", la bota Botilde sustituyó a Ruperta con idénticas  funciones que aquella, y estuvo al frente durante los 44 programas restantes de  aquella etapa, hasta 1984.
El Chollo y El Antichollo
Después de Botilde, en octubre de 1984 llegó en su lugar el  Chollo, que estuvo en solitario durante unos programas. Era una mascota de color  rosado, con polainas y sombrero de copa y que fumaba puros, que de facto  significaba poder quedarse con el regalo de la subasta que la pareja concursante  eligiera. A los pocos programas, visto que el público echaba de menos una  mascota negativa, Chicho encargó a José Luis Moro una pareja negativa, y así  nació el Antichollo, presentado por las hermanas Hurtado en el programa dedicado  a "Montecarlo Años 20". Se trataba de un gemelo del chollo, pero de color verde,  con capa y colmillos de vampiro, mirada siniestra y sonrisa aterradora.
A diferencia de Ruperta o Botilde, que podían ser positivas o negativas, el  Chollo y el Antichollo siempre tenían la misma polaridad en la subasta, el  Chollo siempre era el premio mencionado, y el Antichollo siempre significaba  irse a casa sin nada, pero los concursantes nunca sabían cual de los dos iba a  aparecer en cada programa, sólo que como mínimo uno de ellos (a veces ambos)  estaría presente.
De todas las mascotas del programa, el Antichollo fue la única que jamás  apareció cantando en la cabecera del concurso, siendo la cabecera en esas etapas  protagonizada exclusivamente por el Chollo.
El Boom y El Crack
A las dos etapas, el Chollo y el Antichollo se  despidieron y en su lugar llegaron el Boom y el Crack, mascotas positiva y  negativa respectivamente, con idéntica función a sus predecesoras, en la etapa  1987-1988.
Las sintonías
La sintonía que ha acompañado la cabecera del Un, dos, tres...Responda  otra vez en las mayoría de las etapas, concretamente en la 2ª, la mitad de  la 3ª, y de la 7ª a 10ª, y que ha quedado grabada en la memoria colectiva de  todos los españoles fue compuesta por el argentino Adolfo Waitzman. La letra es del propio Ibáñez  Serrador, que al mismo tiempo prestaba su voz a la Calabaza Ruperta en la interpretación del tema.
Sin embargo, no fue la única sintonía del concurso, ni tan siquiera la  primera. En la primera etapa unas voces femeninas interpretaron dos sintonías,  "Un dos tres... responda otra vez" en los primeros programas y "No sea usted  Cicuta" en el resto de la etapa. Esta última estaba compuesta por Narciso Ibáñez  Serrador y Waldo de los Ríos, mientras que la  primera era composición de Chicho junto a Manuel de la Calva y Ramón Arcusa (El Dúo Dinámico).
Adolfo Waitzman también compuso la sintonía de Botilde de la 3ª etapa,  interpretada también por Chicho. La composición de la sintonía del Chollo,  protagonista de la cuarta y la quinta etapas, fue realizada por Eddy  Guerin e interpretada por Patxi  Muntaner,(posteriormente conocido por Salvador  Aldeguer). Por último, en la sexta etapa, protagonizada por El Boom y El  Crack, hubo una nueva sintonía en la que la voz del Boom era de nuevo  interpretada por Chicho.
Las cabeceras del programa, al margen de la sintonía, tuvieron todas una  estructura similar. En primer lugar aparecía el logo del programa. Después, con  el rótulo "En la parte positiva..." se nombraba al presentador y aparecía el  rótulo "Y nuestras secretarias". Después aparecía el rótulo "En la parte  negativa..." y aquí aparecía el rótulo "Esos/Esas que ustedes saben" o "Ya lo  verán". Por último, tras el rótulo "Si algo falla, el responsable es..."  aparecía el nombre de Narciso Ibáñez Serrador y daba comienzo el programa con la  mascota sobreimpresionada sobre la imagen del público o del decorado según la  etapa.
Las excepciones las marcan la primera etapa, en la que aparecían en los  títulos los nombres de las secretarias y de los actores que encarnaban a los  cicutas, y después el rótulo "Si algo falla los responsables son" y los nombres  de cámaras, productores, etc, y al final "Y si falla todo, el culpable será"  para presentar a Narciso Ibañez Serrador. Otra excepción se da en la cuarta y  quinta etapas, en las que el nombre de Mayra Gomez Kemp no aparecía como parte  positiva. Tras el rótulo, aparecía un simple "con Mayra Gómez Kemp", y ya  después "En la parte positiva... nuestras secretarias". En la segunda y tercera  etapas no aparecía Ruperta sobreimpresionada sobre el público; al terminar la  cabecera, con un fundido en negro se pasaba al programa. La mascota comenzó a  aparecer sobreimpresionada en 1983 con la llegada de Botilde, aunque en los  primeros programas Botilde aparecía sobre el fondo verde de chroma que pasaba en  fundido a la imagen del público.
Podeis encontrar +info en la Wikipedia. 
Fuentes: Wikipedia, undostres.org y producción propia.









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