Llegamos ahora a un producto, que sin lugar a duda, todos habréis disfrutado. Se trata de una pequeña mezcla entre un chupón y un flauta. Tenía un orificio, por el que se soplaba, y función, de la manera en que en insertaramos una varita, que tenía el palo del caramelo, sonaba una nota musical diferente. El problema venía cuando mordías, algún pedazo de la flauta. El elemento sonoro, se iba al traste, y ya podíamos comernoslo con tranquilidad, pues el instrumento musical, había pasado a mejor vida.
domingo, 12 de junio de 2011
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Ese pito ha hecho históricamente las delicias de muchas niñas de los colegios de pago. Chupa que te chupa que te chuparé...
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